Si eres de las personas que no logran desconectarse del trabajo, especialmente si estás trabajando en casa por el Coronavirus (COVID-19), este artículo es para ti. En esta ocasión te traemos cinco tips para que aprendas a separar la vida personal de la laboral.
¿Cuáles son las causas más frecuentes? Una jornada que se alarga, reuniones de último momento, sobrecarga de tareas, entre otras. No está mal que un día de trabajo se prolongue. Sin embargo, si se vuelve repetitivo a la larga traerá muchos problemas.
Sobrecargarnos de actividades y permitir que el trabajo absorba por completo nuestro día a día es un error que debemos evitar.
Por eso, desconectarnos es una necesidad. Dedicar tiempo libre a actividades que realmente nos gusten influye de forma positiva en nuestro bienestar.
¿Qué sucede cuando no aprendemos a desconectarnos del trabajo?
Cuando no establecemos la línea que separa el trabajo de la vida personal, estamos más expuestos al estrés, nos irritamos con mayor facilidad o hasta podríamos tener dificultades para conciliar el sueño.
Al no dormir bien no conseguiremos concentrarnos durante el día y el trabajo se hará cuesta arriba. Asimismo, nuestra salud puede resultar afectada. Los dolores de cabeza, cuello o la fatiga se convertirán en nuestros peores acompañantes. Pero, espera hay algunas prácticas que te ayudarán a cambiar estos hábitos.
¿Cómo desconectarse del trabajo?
- Aprende a administrar el tiempo. Este punto es crucial para poder organizar las asignaciones diarias y reconocer cuáles son las prioridades.
- Apenas termine la jornada de trabajo apaga el ordenador. Si es posible, desconéctate por unos momentos del teléfono móvil, así como de las redes sociales.
- Enfoca tu mente y energías en otra actividad que te resulte placentera. Tal vez cocinar el platillo que tanto te gusta, leer un par de capítulos del libro que comenzaste hace poco, pintar, escribir, escuchar un poco de música, practicar algún deporte o, por qué no, simplemente bailar.
- Si vives acompañado, dedica parte de tu tiempo libre a compartir con tu pareja, con tus hijos o tu familia. No solo te sentirás conectado con los seres que amas, sino que podrás enfocar tu mente y energías en cultivar la relación con ellos. Incluso, puedes planificar actividades que los involucre a todos, como juegos, cocinar juntos, practicar algún deporte o ver una película.
- Si el estrés ya es agobiante, procura practicar yoga o simplemente hacer ejercicios de respiración. Ambos podrían ayudarte a reducir el impacto del estrés. Recuerda lo que dijo Thich Nhat Hanh: “La respiración consciente es mi ancla”. Aprender a relajarse también es un buen paso. Escúchate y escucha tus emociones.
La moderación es la clave
Cuando se logra desconectarse del trabajo comenzamos a notar cambios favorables en nuestra vida. No solo mejorará la productividad, sino también asumiremos el trabajo con mayor entusiasmo y motivación.
Además, nuestro estado de ánimo se renovará. Cada día sabremos cómo manejar de forma inteligente nuestras emociones y poco a poco aprenderemos a combatir el estrés. De igual forma, nuestras relaciones interpersonales mejorarán significativamente.
No olvidemos lo que dijo Catherine Pulsifer:
“En todos los aspectos de nuestras vidas, el equilibrio es la clave. Hacer demasiado de una cosa puede provocar malestar. La moderación es el secreto”.
Recordemos, no todo puede ser trabajo. La moderación, como sostiene Pulsifer, es la clave para alcanzar el equilibrio y aprender a desconectarnos.
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